Por los salones, estancias y habitaciones del Hotel Alfonso XIII de Sevilla ha pasado la belleza salvaje de Ava Gadner, la clase y elegancia de Peter O´Toole o el porte y distinción de numerosos miembros de la realeza europea, caso de la madre del rey don Juan Carlos.
No es de extrañar que la mayoría de los que lo han visitado, aunque sólo permanecieran unas horas en su interior, hayan sucumbido a su encanto, como se han rendido a la majestuosidad de la Giralda o la Torre del Oro.
Cuando el rey Alfonso XIII lo inauguró el 28 de abril de 1928, encumbró un estilo de hostelería que ha servido de referencia para muchos, pero que pocos han sido capaces de alcanzar. Punto de encuentro de las familias reales y de la aristocracia, de destacadas figuras del cine mundial, de autores y escritores re nombrados, el Hotel Alfonso XIII ha evolucionado constantemente desde hace 70 años sin perder su marchamo de clase y esplendor. Las renovaciones progresivas desde que fuera edificado con motivo de la presentación y celebración de la Gran Exposición Ibero americana de 1929, han dotado al hotel de toda clase de servicios, pero sin olvidar esa manera de hacer las cosas que lo ha convertido en único. Baste, como ejemplo de distinción, el servicio individualizado del mayordomo que atiende a cada cliente, el cual no tendrá que preocuparse en deshacer las maletas, planchar y enviar las ropas a la lavandería o llevarle el desayuno a la cama con su periódico favorito.