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Combinación de calidad y espíritu latino

En el clima sofisticado de La Habana es cuando Armando Río y Cuervo, con la ayuda de sus hermanos, asume la dirección de la joyería fundada por su tío Ramón en 1882 (de aquí el nombre de Cuervo y Sobrinos). En menos de cincuenta años, la combinación entre la calidad de los productos y el espíritu latino confieren a la marca tal reputación y credibilidad que Cuervo y Sobrinos decide ampliar su producción.

En más de 100 años de actividad, Cuervo y Sobrinos, ha tenido el placer de introducir en el registro nombres de personajes eminentes de todos los sectores, científicos, pintores, escritores y artistas, personas distintas pero con una característica común, un estilo de vida excelente, una fuerte personalidad, buen gusto por las cosas bellas de la vida y el placer de poseer objetos absolutamente bellos más allá de la moda y de los gustos comunes, un modo inequívoco para distinguirse y para exaltar los propios placeres.